Yuliana Patricia Henao Sánchez, 15 años, grado sexto.
Sandra Milena Carvajal Alarcón
Sandra Milena Carvajal Alarcón
Quemando
avispas
“Las cosas que pasan en la zona rural son parecidas en
todos los lugares del país, o al menos las que se refieren a incendios, cómo se
ocasionan y cómo se podrían prevenir. La mayoría de los incendios se generan
sin intención, por descuido, por el clima, por vidrios dejados al sol, por
elementos defectuosos, por el fuego no apagado en su totalidad, pero sí es
claro que todos podrían ser prevenidos si se es consciente de que cada acto
tiene una consecuencia” así se refiere la docente Sandra Carvajal a lo que le
pasó a don Eliecer Cardona.
El pasado viernes 5 de septiembre, en medio del
predominante calor de la vereda Chápata, se produjo un incendio que por poco
deja no solamente las avispas quemadas, también la vivienda del propietario del
predio, las de los vecinos y sus cultivos, así como el puesto de salud.
Don Eliécer Cardona Arias de 74 años, propietario de
una tienda en la que compran dulces los estudiantes de la sede Chápata estaba
descombrando hojas del árbol de mataratón que hay cerca de su casa, allí sin
percatarse había un nido de avispas y al sentirse atacadas lo picaron. Él en
medio de su enojo y como un acto de venganza para acabar con el nido de avispas
le prendió fuego. De allí no podría salir nada bueno, voló una chispa de fuego que
provocó el incendio y se prendió el terreno rodeado del pasto seco por efectos
del clima, la suave brisa del río Risaralda que está a varios kilómetros y que
sube por los cañaduzales hizo que se prendiera más.
En medio del susto acudió a su manguera pero no había
agua suficiente, con la ayuda de su hija Paula Andrea Gil Londoño, la de su yerno,
el profesor Jorge Yilén Suárez que
usaban ramas y la de dos vecinos que sacaron mangueras de sus casas pudieron apagar
el incendio.
Después del susto, don Eliécer con toda tranquilidad
dice que no fue tan grave, aunque agradece a los que le colaboraron. Sin
embargo los que por allí vivimos sabemos que donde no tenga ayuda se
habría quemado lo mencionado, mas una cochera de cerdos que estaba cerca del lugar
del incendio, su casa que alberga a su esposa; su hija, esposo y nieto, así
como otro hijo que se encontraba estudiando. Ahora manifiesta que no volverá a quemar nada
para evitar incendios y tener estrés para apagarlos. Lo cierto es que no pensaron
en que el incendio se iba a crecer y podía
tener una mala consecuencia.
Quemando
ropa vieja
Antes del susto de don Eliecer, el 8 de agosto de 2014
en un cafetal cerca de la casa de la familia Henao Sánchez, en la misma vereda,
se originó un susto similar. En esa casita viven doña Gloria de 37 años, madre,
don Luis Gonzalo de 57 años, el papá y sus 7 hijos, 6 de ellos estudiantes de
la sede Chápata de la I. E. El Horro quienes tienen 15 años hacia abajo.
Esta vez el incendio ocurrió a las 8:30 de la noche
cuando la familia estaba dentro de una pieza viendo tv. Alejandra de 13 años
salió del cuarto y observó que el “cafetal se estaba quemando, que estaba
encendido”. Corrió y llamó a la mamá y a sus hermanos. Ellas dos fueron a
apagar el fuego con palos y agua. “Si Alejandra no hubiera visto el incendio habría
sido grave porque se hubiera quemado mucho” explica la hermana.
Conversando con ellas y al preguntarle a Alejandra
cómo se originó todo manifiesta “Mi mamá quemó unas mechas y creyó que eso se
apagó pero resulta que no se apagó bien, se quedó prendido y por eso a esa hora
de la noche volvió a prenderse de nuevo”. Yuliana después de analizar la situación
reconoce que “no se debió quemar la ropa por allá, si no quemarla en el fogón
donde se puede controlar, además mi mamá debió apagarla bien y verificar que no
haya quedado alguna chispa de fuego”. Doña Gloria reconoce que no pensó primero
dónde la iba a quemar y que consecuencias iba a traer. Finalmente Alejandra menciona
en tono reflexivo “uno debe saber que cuando va a quemar algo, no puede quemar
en partes donde se pueda producir un incendio, además debe apagar ligero antes de
que se origine otro incendio más grande”.
“A diferencia de las historias anteriores, ha habido
incendios que dejan pérdidas humanas y materiales, afortunadamente para el caso
no hay nada que lamentar y al parecer sí mucho que aprender. También en el
origen los casos son distintos, aquí inician por el fuego que ocasionan
personas, muchos se presentan porque dejan materiales como vidrios y al estar a
la intemperie actúan como lupas concentrando los rayos del Sol. Algunas veces
quienes van de paseo al campo encienden fogatas y no las apagan, otros se
originan cuando hay cortos circuitos o en la época de tormentas eléctricas por
rayos. Hay algo real y es que muchos se pueden evitar si se hace manejo
adecuado de los materiales y cuando se presentan, apoyarse de otros para su
extinción”, concluye la docente Sandra Carvajal.
PEQUEÑOS
DESCUIDOS GENERAN GRANDES INCENDIOS
Yuliana Patricia Henao Sánchez, 15 años, grado sexto
Yo me basé en las noticias de Regional del periódico
La patria “Cuatro días duró incendio en la selva de Florencia” del viernes 22
de agosto y “Hasta el ganado huye del fuego en La Dorada” del 16 de agosto.
¿Por qué me gustó escoger este tema?
Este tema me gustó porque fui parte del problema,
porque así puedo saber sobre incendios y cómo prevenirlos.
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