jueves, 25 de abril de 2013

LA CARRERA DE LOS LECTORES PARA LA VIDA DE LA SEDE CHÁPATA CONTINÚA EN AUMENTO


Son las 8:15 a.m., Carol Tatiana Izquierdo le recuerda a la profe que es hora de leer. Empiezan la maratónica carrera por las letras, los estudiantes de sexto y séptimo salen del salón y le anuncian a los demás miembros del grupo “Lectores para la vida” que vayan a leer, ellos son 42 jóvenes de los grados cuarto a noveno que usan diversas estrategias de lectura con niños de preescolar a quinto.

Algunos corren a la sala virtual por sus libros, si la profesora no ha abierto, van y le reclaman las llaves, otros con pasos más pausados esperan a que los afanados tomen sus libros del estante e ir por los niños de la primaria para los que leen; los pocos que no recuerdan el nombre del libro que solicitaron, esperan para buscar en la respectiva carpeta de préstamos. Se van ubicando en los salones, en el restaurante escolar, en los corredores o la caseta; cuando alguno de los “grandes” no viene, los “chicos” se quedan esperando o van y buscan a otro que lea para ellos. La profe Sandra revisa los libros que quedaron allí, confronta con los asistentes, da vuelta por algunos de los lugares y verifica que todos estén leyendo, si no es así hace las respectivas observaciones... Andan en función de la lectura.

Pasan 15 minutos aproximadamente, los lectores empiezan a hacer anotaciones en sus diarios de investigación de diferentes aspectos del libro, de las estrategias usadas, de algunas respuestas que los niños dan a preguntas que les hacen sobre lo entendido con la lectura, de resúmenes, de lo que les impacta, o simplemente de cómo se “comportaron” los niños para los que leen.

Le piden a los “chicos” que regresen al salón y empieza una nueva carrera por la entrega del libro, ya sea porque queda pendiente para seguir en la próxima sesión o porque van a cambiarlo. “Pendiente”, “este ya lo leí”, “no le gustó y me dijo que lo cambiara”, “él quiere de rompecabezas”, “terminado”, “cambiemos el suyo por el mío”, “quiere de los de armar o mover”, “apúnteme éste profe”, “colóquemelo allá porfis”, “se está demorando mucho con el libro y mi niño lo pidió”, “me dijo que se lo volviera a leer”, “necesito uno de animales”, “todos esos ya los leímos, me toca esperar a ver qué traen”, “quiere con más imágenes”, “está muy largo, tiene muchos cuentos”, “no le gusta porque por la noche le dio miedo”, “pidió otro de susto”, “no, ese lo vi yo primero”, “¿por qué no habrá venido con el libro?”; son algunas de las expresiones que se escuchan cuando regresan a la sala nuevamente con los libros. Finalmente, el libro escogido es apuntado en la carpeta, cada uno firma el recibido, lo ubica en el estante y se va para clase nuevamente.

Empieza el trabajo de la docente Sandra de verificar que hayan devuelto los libros y de registrar las fechas de devolución de cada uno, cuenta, recuenta, si falta alguno lo busca como aguja entre un pajar, hasta que lo recupera. Diariamente es la misma maratón.















ANTECEDENTES Y PROYECCIÓN

Desde el año 2007 José Fernando Árias Ávila, va a la sede la mayoría de los miércoles en la mañana y pasa por los salones, durante 15 minutos, leyendo en voz alta, como estrategia de animación a la lectura.
En el año 2011 se conformó el grupo de investigación con 11 lectores, al final del año 2012 eran 30.
En el año 2012 se inscribe el proyecto al programa Ondas de Colciencias y es aprobado.
Desde hace 14 meses, todas las mañanas en la sede Chápata son diferentes porque el grupo “Lectores para la vida”, adscrito al programa Ondas de Colciencias, viene desarrollando el proyecto de investigación, asesorados por Sandra Milena Carvajal Alarcón, docente y José Fernando Árias Ávila, jubilado de Telecom.

Para el año 2013, con la llegada del Plan Nacional de Lectura y Escritura (PNLE) y la donación de una biblioteca a la Institución Educativa El Horro, se hace una articulación, desde abril,  del proyecto de investigación con la propuesta del MEN (Todos a Aprender). Además las otras sedes de la institución empiezan también a desarrollar algunas de las estrategias para aprovechar la biblioteca recibida y dedicar diariamente minutos a la lectura.

¿QUÉ PIENSAN DEL PROYECTO?


* Jhon Esteban Hurtado Hincapié, estudiante de grado quinto: “Me parece muy bueno porque aprendo a leer”
* Sandra María Ortiz Ortiz, estudiante de grado quinto: “Hay unos cuentos que son muy buenos”
* Leidy Vanessa Castañeda Jaramillo, estudiante de grado quinto: “Es muy divertido”
* María Beatriz Nacabera Hiupa, estudiante de grado quinto: “Es muy bueno”
* Carlos Andrés Cardona Rojas, estudiante de grado cuarto: “Los lectores hacen un buen trabajo con los demás de la institución”
* Andrés Felipe López Valencia, estudiante de grado cuarto: “Es muy bueno porque son muy bonitos los dibujos de los libros”
* Andrés Felipe Mejía Bedoya, estudiante de grado cuarto: “Me gusta por los cuentos que me leen y por los libros”
* Jorge Andrés Morales Ramírez, estudiante de grado cuarto: “Porque es divertido”
* Robinson David Guapacha, estudiante de grado cuarto: “Porque me gusta ver los dibujos y las imágenes”
* Brainer Dubán Roche Loaiza, estudiante de grado cuarto: “Me parece muy maluco porque es muy aburrida la lectura”
* Robinson Fernando Castañeda Higuita, estudiante de grado cuarto: “Me parece muy bueno, pero no le entendía a la persona que me estaba leyendo”
* Joan Esteban Loaiza Molina, estudiante de grado noveno: “La profesora Sandra nos da talleres por medio de la biblioteca del colegio, para que aprendamos a hacer varios tipos de lecturas”





Joan Esteban Loaiza Molina y Sandra Milena Carvajal Alarcón

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